El sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o el mero signo externo de un compromiso.
1.- El sacramento es un don para la santificación.
2.- Es la salvación de los esposos, porque «su recíproca pertenencia es representación real, mediante el signo sacramental, de la misma relación de Cristo con la Iglesia.
3.- Los esposos son por tanto el recuerdo permanente para la Iglesia de lo que acaeció en la cruz; son el uno para el otro y para los hijos.
4.- El matrimonio es una vocación, en cuanto que es una respuesta al llamado específico a vivir el amor conyugal como signo imperfecto del amor entre Cristo y la Iglesia.
5.- La decisión de casarse y de crear una familia debe ser fruto de un discernimiento vocacional.
* EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL AMORIS LAETITIA DEL PAPA FRANCISCO