El Papa Francisco ha admitido que “la vocación al matrimonio es una llamada a conducir un barco incierto, pero seguro por la realidad del sacramento, en un mar a veces agitado”.
Al igual que en el pasaje evangélico, el Papa recomienda poner una confianza total en Jesucristo.
“Él se preocupa por ustedes, permanece con ustedes en todo momento en el vaivén de la barca agitada por el mar. (…) Es importante que juntos mantengan la mirada fija en Jesús. Solo así encontrarán la paz, superarán los conflictos y encontrarán soluciones a muchos de sus problemas. No porque estos vayan a desaparecer, sino porque podrán verlos desde otra perspectiva”.
También ha dicho “Que el cansancio no les gane, que la fuerza del amor los anime para mirar más al otro, al cónyuge, a los hijos que a la propia fatiga”.
De este modo, explicó que “No se avergüencen de arrodillarse juntos ante Jesús en la Eucaristía para encontrar momentos de paz y una mirada mutua hecha de ternura y bondad. O de tomar la mano del otro, cuando esté un poco enojado, para arrancarle una sonrisa cómplice. Hacer quizás una breve oración, recitada en voz alta juntos, antes de dormirse por la noche, con Jesús presente entre ustedes”, propone el Papa Francisco.