El Papa Benedicto XVI dijo en una de sus audiencias que “la oración de Jesús nos indica que necesitamos detenernos, vivir momentos de intimidad con Dios, «apartándonos» del bullicio de cada día, para escuchar, para ir a la «raíz» que sostiene y alimenta la vida”. (Audiencia general, 7 de marzo, 2012).
El sumo pontífice lo comentó a propósito de los episodios evangélicos en los que el Señor Jesús, en muchas ocasiones, buscaba alejarse de las multitudes para orar.
En este sentido, hay que recordar que en la iglesia se encuentra el sagrario, lugar donde se reserva el Santísimo Sacramento, por lo tanto, es un sitio sagrado donde los feligreses van a ponerse a los pies del Señor para rogar, dar gracias, alabar y pedir perdón.
Por eso, no es correcto hablar con nadie que no sea Dios. Aunque lo hagamos en voz baja, lo ideal es respetar a los demás y dejar la conversación para cuando salgamos.