El Papa Francisco aconsejó a los sacerdotes impartir homilías que no duren más de 8 minutos, y que contengan “un pensamiento, un sentimiento y una idea”, para que puedan “trasladar la Palabra de Dios del libro a la vida”.
El Papa Francisco recordó que “el deber de la Iglesia es ayudar a los fieles y a quienes buscan la verdad a interpretar correctamente los textos bíblicos”.
Francisco fijó su mirada sobre la “lectura espiritual de las Escrituras por excelencia”, que es la que se realiza en la Santa Misa, es decir, la homilía.
Para que la homilía ayude “a trasladar la Palabra de Dios del libro a la vida”, aconsejó especialmente a los sacerdotes “que hablan tanto, y tantas veces no se entiende de qué cosa hablan”, a realizar una homilía breve y concreta.
De este modo, para que los fieles no se queden dormidos, el Papa Francisco pidió que las homilías “no duren más de 8 minutos” y afirmó que estas deben contener “un pensamiento, un sentimiento y una idea”.
“La homilía no debe durar más de 8 minutos, porque después de ese tiempo se pierde la atención, y la gente se duerme, se queda dormida, con razón. Una homilía debe ser así, y esto se lo quiero decir a los sacerdotes que hablan tanto, tantas veces, y no se entiende de qué cosa hablan. Homilía breve; un pensamiento, un sentimiento, y una cosa de acción, de cómo hacer. No más de 8 minutos. Porque la homilía debe ayudar a trasladar la Palabra de Dios del libro a la vida”, enfatizó.
Asimismo, reiteró que en las palabras de Dios que escuchamos cada día en la Misa o en la Liturgia de las Horas, “siempre hay una que está destinada especialmente a nosotros, alguna cosa que toca el corazón”.
“Si la acogemos en nuestro corazón, puede iluminar nuestra jornada y animar nuestra oración. Se trata de no dejar que caiga en saco roto”, añadió.